Como nunca antes, la idea que durante muchos años nos vendieron de que los comicios del Estado de México son un laboratorio electoral y la antesala de lo que puede suceder en el proceso de renovación del Poder Ejecutivo, cobra sentido.
Lo que suceda en las urnas el primer domingo de junio en el Edomex delineará el camino de la sucesión presidencial de 2024, son más de 12 millones de votos los que concentra el aún bastión del priismo, ninguna entidad del país tiene este número de votantes.
Del resultado de estas elecciones depende, prácticamente, el futuro de lo que queda del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y créame que para el tricolor será una verdadera batalla que disputará con el cuchillo entre los dientes.
Si bien las últimas encuestas colocan a Delfina Gómez Álvarez, candidata de la coalición “Juntos Hacemos Historia” integrada por Morena, el PT y el Partido Verde Ecologista, hasta 17 puntos arriba de Alejandra del Moral Vela de la desdibujada alianza “Va por México” que conforman el PRI, PAN y PRD, nada está escrito.
Las campañas inician hasta abril y no olvidemos que las encuestan son una radiografía de un momento específico, por lo que un error grave del equipo de Delfina Gómez sería confiarse y echar las campanas al vuelo cuando no tienen ganado nada, solo las encuestas.
Lo que está en juego más allá de la gubernatura que no suelta el PRI desde 1929, es la permanencia de uno de los grupos con mayor poder político, económico e incluso criminal que opera como una verdadera mafia en el país: el grupo Atlacomulco.
Así que los priistas en comparsa con los panistas y perredistas están dispuestos a recurrir a todo tipo de estrategias para no perder el poder en la entidad que les garantizaría la permanencia política mínimo seis años más.
Si bien la campaña de Alejandra del Moral no levanta, para ella no todo está perdido y aún no ha jugado todas sus cartas.
Tiene un “as bajo la manga” que todavía no utiliza y que tiene un origen más bien familiar que político. Le explico:
Hace un año, la hoy candidata de la alianza “Vamos por México” se casó con Mariano González Aguirre, y es aquí donde cobra importancia el nombre del exgobernador Mariano González Zarur, uno de los más grandes manipuladores electorales que tiene el PRI.
Ahora bajo el papel de suegro de la candidata, González Zarur pondrá al servicio del Edomex toda su experiencia como “mapache”, ya que en su distorsionada realidad el también ganadero pretende utilizar como trampolín político (si los resultados de la elección le favorecen) para cumplirle el sueño de su hijo de gobernar Tlaxcala.
El exgobernador que representa lo más rancio y corrupto del priismo ha estado involucrado en escándalos de lavado de dinero y vinculado con personajes de la calaña de Juan Collado, abogado del expresidente Enrique Peña Nieto y actualmente vinculado a proceso por delitos de delincuencia organizada.
Aun con estos antecedentes, Alejandra de Moral está dispuesta a explotar, en el momento más oportuno de la campaña, los dotes de “mago del mapachismo” que siempre ha presumido Mariano González Zarur.
Con Morena como partido en el poder, es muy difícil que en el Estado de México se cometa un fraude escandaloso, sin embargo, las mañas y trampas que caracterizan la vida política de González Zarur representan un arma importante que su nuera va aprovechar. Ya lo verá.
Las artimañas del exgobernador van más allá de la compra de votos o acarreo de electores, cuenta con una capacidad para acoplarse con políticos que históricamente han operado fraudes en el Edomex y sabe aliarse con quienes controlan el Instituto Electoral del Estado de México.
Que Mariano González Zarur se convierta en operador político de su nuera es un arma de dos filos, puede llevar a través del fraude a buen puerto la campaña de Alejandra del Moral, o bien, puede ser el artífice de una de las derrotas más épicas del tricolor y colocar el clavo en el ataúd del PRI, algo que nunca le perdonaría ni su propia familia.
La “batalla maestra” del Estado de México representa una lucha para derrotar a uno de los grupos con mayor poder económico y político del país como es el grupo Atlacomulco que, para perpetuarse en el poder, extendió sus dominios al ámbito empresarial, eclesiástico y criminal.
En esta historia de corrupción y fraude uno de los papeles protagónicos lo desempeñará Mariano González Zarur, quien tras bambalinas alista su mejor disfraz de “mapache” para antes de jubilarse hacer un último esfuerzo para mantener un poco de poder en su familia, aunque sea política. El resultado en menos de tres meses lo conoceremos.
Las tres de ley… 1- Andrés Manuel López Obrador noqueó a Ricardo Monreal, lo hizo ayer al vetar la elección de Yadira Alarcón Márquez y Rafael Luna Alviso como nuevos comisionados del Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). La noticia la dio el propio Senador Ricardo Monreal Ávila.
2- La acción del presidente es reciproca con la actitud retadora y traidora de Monreal Ávila que previamente habría negociado ambos nombramientos con el Partido Acción Nacional (PAN). Voces al interior del senado afirman que Yadira Alarcón Márquez sería moneda de cambio para que Acción Nacional aprobara la llegada de Rafael Luna Alviso, quien fue director jurídico de la Alcaldía Cuauhtémoc cuando Monreal era Delegado.
3- Nadie entiende por qué Ricardo Monreal sigue al frente de la fracción parlamentaria de Morena al interior del senado de la república. La negociación y eventual entrega de cargos a la oposición, justo cuando existe “moratoria constitucional”, evidencia que Monreal trabaja para él y solamente para él.
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