- La CNDH emitió una recomendación hace ocho años en la que los tres niveles de gobierno debían implementar programas integrales para cuidar la Cuenca del Alto Atoyac. Sin embargo, las acciones de las dependencias no tuvieron éxito.
Pobladores, activistas ambientales y académicos de los estados de Puebla y Tlaxcala, exigieron a las autoridades a que implementen políticas para que no haya un impulso de atracción industrial en la zona de la Cuenca del Alto Atoyac debido a la presencia de altos niveles de contaminación en agua, aire y suelo por lo que sebe declarar una emergencia sanitaria.
Durante el Foro Cuenca del Alto Atoyac, voces comunitarias sobre la devastación socioambiental, Alejandra Méndez Serrano, directora del Centro Fray Julián Garcés, señaló que hace ocho años Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) emitió la recomendación en la que por primera vez una autoridad del estado reconoció que existe un nexo causal entre la contaminación de los ríos, la falta de saneamiento de las aguas residuales municipales e industriales y la incidencia de enfermedades crónico degenerativas en la población.
“Estamos a casi ocho años en los que se muestra que las autoridades y las dependencias recomendadas por la CNDH, no han llegado a cumplir a cabalidad con la recomendación de elaborar e implementar un programa integral de restauración ecológica o de saneamiento en la Cuenca del Alto Atoyac”, manifestó Méndez Serrano.
¿Qué elementos tóxicos se encuentran?
De acuerdo con el informe, las sustancias tóxicas y químicos que aún se encuentran son: los metales pesados como mercurio, níquel, plomo, cianuro, arsénico, cobre, cromo, cadmio, zinc, compuestos orgánicos volátiles (tolueno, dibromoclorometano, cloroformo, cloruro de vinilo, cloruro de metilo, fenoles, compuestos de benceno y xilenos), nitritos, nitratos, fosfatos y sólidos suspendidos, entre otros.
Además de la presencia de nitrógeno debido al uso excesivo de fertilizantes, detergentes, y a procesos de descargas industriales que no se encuentran regulados por ninguna norma mexicana.
Los municipios de San Martín Texmelucan y Huejotzinco, estado de Puebla y, del lado de Tlaxcala, Tepetitla de Lardizábal, Nativitas e Ixtacuixtla de Mariano Matamoros son los que se encuentran en peligro por las sustancias tóxicas.
Acciones de Semarnat, Profepa y Cofepris no tienen efectos
Los activistas denunciaron que de acuerdo a la información de monitoreos realizados por la Comisión Nacional del Agua del 2012 al 2022, y que fue analizada académicos de la UNAM, muestran que los datos de la contaminación mantienen el mismo comportamiento en todo ese periodo, por lo que las acciones realizadas por Semarnat, Profepa y Cofepris solo fueron de carácter administrativo sin que las actividades reportadas llevaran siquiera a alcanzar la principal recomendación.
“Las acciones de saneamiento realizadas por los gobiernos federal y estatales en la cuenca no han tenido un impacto sustancial en la situación de contaminación de los ríos Atoyac y Zahuapan (…) es indignante, que a pesar de que hoy existen datos contundentes sobre la toxicidad generada por las emisiones industriales al agua, al suelo y al aire, la CNDH haya dado por cumplimentada las recomendaciones a las siguientes instancias: Semarnat, Profepa y Cofepris”, manifestaron.
Esperan proyecto de Sheinbaum
Por otra parte, los investigadores indicaron que “vemos luces de esperanza” en el anuncio que realizó la presidenta, Claudia Sheinbaum, el cual se limpiarán los tres ríos más contaminados de México: Lerma Santiago, Tula y Atoyac”.
“Debe tenerse en cuenta que diversas comunidades, organizaciones y personas de la academia, ya hemos establecido la forma en que queremos que sea restaurada nuestra Cuenca del Alto Atoyac; ese programa se encuentra en nuestra Propuesta comunitaria para el saneamiento integral de la Cuenca Atoyac – Zahuapan y la reparación del daño a las comunidades”, reiteraron.
Indicaron que se deben establecer metas para que se restrinjan actividades como la descarga de desechos tóxicos por parte de las industrias.
“Se deben establecer prioritariamente metas para la restricción y control permanente de la contaminación de las descargas de la industria instalada, ya que sus contaminantes son los precursores del daño a la salud sufrido por la población”, declararon.
Asimismo, se deben establecer metas precisas de reducción tangible y sensible de la contaminación química y bioquímica de los ríos y sus afluentes, de cumplimiento obligatorio para todas las empresas privadas y todas las autoridades de gobierno.
“Es necesario que se prohíba a los municipios existentes en la Cuenca, mediante instrumento jurídico correspondiente, otorgar permisos de descarga al drenaje municipal que no sean de origen doméstico”, concluyeron.
CON INFORMACIÓN DE ANIMAL POLÍTICO








































































