Por supuesto que no soy lector de El Financiero pero por obras del azar, o más bien por ser osadamente inoportuna contra Tlaxcala leí una columna de Lourdes Mendoza: Tlaxcala, el imán de México en Fitur, ¿ocurrencias o incongruencias?, de la cual, transcribo:
«Baste decir que es el estado que más trata de mujeres y niños presenta en todo el país. Leído lo anterior, sobra decir que no tiene playas, ni es considerado un estado patrimonio de la humanidad y que el único atractivo turístico que tiene son las únicas escaleras eléctricas que estrenó Liverpool el 14 de octubre de 2022. Así la visión turística del segundo piso de la 4T»
Antes la ignorancia era sinónimo de vergüenza; ahora resulta un lujo presumirla, gritarla a los cuatro vientos y además escribirla. Se nota a leguas la medianía de la periodista al limitar el turismo a “playas”; más bien, cree a todos los turistas igual de ignorantes que ella.
Tlaxcala es un espacio de suma importancia para la primera globalización de la humanidad; la Conquista no hubiera sido posible sin los pueblos originarios, sin Tlaxcala y su consolidación emana una absoluta riqueza cultural, tan palpable en la idiosincrasia tlaxcalteca o en un simple paseo por sus calles inundadas de historia y mexicanidad.
Todos mis amigos extranjeros a los que he tenido el placer de recibir quedan fascinados; no entienden cómo hay tanta invisibilidad con Tlaxcala. Siempre respondo con dos cuestiones; la primera, el fallido oficialismo en la historia que nos relega inmediatamente al segundo punto: la discriminación sistemática por la mayoría de iguales mexicanos que no se han leído más de cinco libros en su vida —observable en la columna de la señora Lourdes Mendoza—.
Si algo positivo ha tenido la Cuatrote es un cierto blanqueamiento con Tlaxcala; ahora, la inclusión de Tlaxcala en la Fitur, hace predecir el mismo camino establecido por AMLO. La designación de Tlaxcala como representante de México en una de las ferias de turismo más relevantes del mundo resulta un rotundo acierto (como también lo es la histórica inclusión de una tlaxcalteca en el gabinete presidencial); todo esto abona a la deuda histórica que México tiene con Tlaxcala.
El acierto pues, se lo ha marcado Josefina Rodríguez Zamora al presionar la inclusión de su estado en la representación de nuestro país en la Fitur y rociar con ello al gobierno estatal; además, refrendó para el 2026 a México como país invitado.
No cabe duda de que ella es una mujer preparada y exquisitamente educada. Con todos sus positivos sabrá sortear la enorme encomienda de guiar el turismo de México (¡el lugar número seis en preferencias mundiales en la materia!) aun con la notable reducción de presupuesto a SECTUR. Sinceramente, me resulta ilusionante su trabajo por abonar a lo que realmente me apasiona: Tlaxcala. Si ella no se esconde de Tlaxcala y lleva a su estado como bandera, con esa misma firmeza los tlaxcaltecas no deberíamos escondernos de ella. Para lo que venga.
