Ayer se consumó un hecho que sienta un importante precedente para la vida pública del país. El primer Fiscal General de Justicia de una entidad ha sido “dado de baja” y con ello se inicia la eliminación de la impunidad con la que actuaban -y actúan- algunos personajes al amparo de esa charola.
Esto puede suceder en Tlaxcala, sí, es un hecho. La separación del cargo de Uriel Carmona, como Fiscal de Morelos, se dio por los múltiples señalamientos que existían en su contra, ¿acaso Ernestina Carro Roldán no padece de lo mismo?
Basta con revisar las notas periodísticas para detallar por ejemplo el caso de Juan Pedro Francisco Rodríguez Vázquez, “el inocente”, a él se le acusó de cometer un homicidio el 8 de noviembre del 2021 en Tlaxcala, aunque sus abogados y su familia han demostrado que ese día Pedro Francisco se encontraba en Guanajuato. Se le fabricó el delito, sostienen.
Otro escándalo, con su respectiva denuncia, en contra de la ex procuradora Ernestina Carro Roldán, se dio cuando ella y el ex titular de la Unidad de Visitaduría y Asuntos Internos de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), Rabindranath Atalo Rodríguez Rodríguez, fueron denunciados ante la Fiscalía General de la República por presuntos delitos de abuso de autoridad, usurpación de funciones y coalición de servidores públicos.
Elena Olivares Pérez y Humberto Pérez Pérez, padres de Luis Humberto Pérez Olivares, señalaron en aquel momento a Carro Roldán de haber contratado a Atalo Rodríguez sin que este cumpliera los requisitos legales.
Bajo su cargo Rabindranath Atalo estuvo implicado en la investigación del homicidio de Luis Humberto Pérez Olivares, quien murió en 2022 en circunstancias sospechosas mientras trabajaba en la PGJE. Ernestina Carro estuvo en el escándalo desde entonces y nada sucedió.
Carro Roldán violó la Ley Orgánica de la Institución del Ministerio Público del Estado de Tlaxcala al contratar a Rodríguez, quien no poseía título ni cédula profesional y eso fue severamente cuestionado, pero justificado por sus incondicionales.
Si la propia Ernestina Carro Roldán tiene un cuestionable pasado en sus estudios profesionales, porque generó una maratónica maestría según una nota redactada por Fabian Robles Medrano, cómo podía poner freno a las aspiraciones de un personaje que parecía cojear de la misma pierna. Mostró congruencia, nada más.
Por eso sostengo que el antecedente que ayer se logró en el poder legislativo del Estado de Morelos, que votó por la “separación definitiva” de Uriel Carmona Gándara, hasta ese momento Fiscal General del Estado, con 16 votos a favor y cuatro en contra, es un hecho sin precedentes que pondrá a remojar las barbas de más de uno.
La remoción de Carmona Gándara le quita el fuero al todo poderoso funcionario que tiene al menos tres procesos y varios señalamientos más. Delitos de obstrucción de la justicia y encubrimiento por favorecimiento y tortura, son algunos de los pecados del angelito.
Pero el antecedente de Gándará se remonta al desencuentro que tuvo con la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, hoy presidenta de la República Claudia Sheinbaum Pardo.
Regresemos a octubre de 2023. La joven Ariadna Fernanda López, de 27 años, fue reportada como desaparecida, después de acudir a un restaurante en la colonia Condesa de la CdMx, pero fue hallada sin vida el 3 de noviembre de ese mismo año en la carretera conocida como La Pera-Cuautla, en Tepoztlán, Morelos.
Más tarde se supo que la joven había sido asesinada por su propia pareja, que había pagado una fuerte cantidad para que el 4 de noviembre de 2022, Uriel Carmona en rueda de prensa informara que el deceso derivó por una broncoaspiración.
En medio de la desinformación no solamente estaba la víctima de feminicido, también estaba el gobierno de la Ciudad de México (CDMX) que no permitiría el atropello de un hombre marcado por la corrupción en Morelos. Y eso ha tenido repercusión en pleno 2025.
Luego de todo esto se dirá que el ex fiscal de Morelos es víctima de persecución política, sin duda sucederá, pero los antecedentes de las denuncias no pueden ser ignorados y la justicia aunque tardó, llegó para los habitantes de la ciudad de la eterna primavera.
Tras esta repentina salida del ex fiscal morelense, es probable que los familiares de víctimas y activistas que acusaron a Ernestina Carro Roldán de brindar impunidad a tratantes vean una luz, así como las familias que siguen en espera de una labor pulcra de la instancia que pasó de Procuraduría a Fiscalía. Recuerde usted que en su autonomía los fiscales llegan a cometer abusos.
No es que sea fiel lector de Latinus, pero ahí existe una entrevista donde Roldán aseguró que desde 2019 no se había logrado una sentencia condenatoria por trata de personas en Tlaxcala y que ella había cambiado el rostro de la instancia que ahora encabezaba, además de que se tienen en juicio 12 procesos y “otros casos importantes que serían la antesala a un juicio de oralidad”.
La entrevista se dio posteriormente al reportaje intitulado: “Trata de personas en Tlaxcala: familiares de víctimas y activistas acusan desprecio y simulación de autoridades locales”. Acusación aquí, o en Morelos, debe pesar y ser investigada por igual. Si ya cayó el primero no dude usted que vengan más fiscales a la baja.
