Colectivos feministas dieron detalles de lo que será la movilización del próximo 8 de marzo en Tlaxcala en el marco del Día Internacional de la Mujer, anunciaron que este año participarán diversos contingentes para representar a todos los sectores femeninos del estado.
Se sumarán a la marcha mujeres trabajadoras, niñas, personas con discapacidad, sindicalizadas, jubiladas, obreras, mujeres indígenas, entre otras, quienes junto con activistas y representantes de organizaciones civiles exigirán al Estado garantías para el ejercicio pleno de sus derechos.
Además, de Yeny Charrez Carlos, presidenta de “Mujeres con Poder” y ex funcionaria estatal, y de la ex candidata al gobierno del estado, Eréndira Jiménez Montiel, un grupo de mujeres del Sindicato 7 de Mayo, jubiladas y personas con discapacidad hicieron público su pronunciamiento desde la Plaza de la Constitución.
Lo que llamó la atención fue los perfiles que eligieron para representar a las mujeres trabajadoras de Tlaxcala, ya que se trata de integrantes del sindicato 7 de mayo con antecedentes que contravienen la esencia de la marcha y del movimiento feminista.
Si a esto le sumamos que la organización en estos momentos mantiene una pugna interna por el control de los comités Ejecutivo y de Vigilancia, el hecho de convocar a trabajadoras del sindicato de burócratas resulta un absurdo.
María del Pilar Meneses Torres hizo un llamado a las mujeres trabajadoras afiliadas al 7 de Mayo a salir a marchar el próximo miércoles para exigir el respeto a los derechos laborales al gobierno del estado.
Lo que se olvida a Meneses Torres es la gran cantidad de acusaciones y señalamientos en su contra de responder a intereses ajenos a la base trabajadora cuando estuvo al frente del Comité de Vigilancia del 7 de Mayo.
Escucharla hablando de la vulnerabilidad en que se encuentran las trabajadoras al servicio del estado, rasgándose las vestiduras porque el gobierno es indolente y no escucha sus demandas es un verdadero cinismo de su parte.
En un lapsus dijo que iba a utilizar la “estructura sindical” para convocar a las trabajadoras a la marcha, ¿cuál estructura?, ni siquiera tienen legitimidad ante el Tribunal de Conciliación y Arbitraje (TCyA).
De verdad cree que sus compañeros han olvidado que ella fue una de las artífices del famoso grupo “S7”, que surgió para apoyar a candidatos priistas en las campañas electorales y a través del cual mediante amenazas obligaban a las mujeres trabajadoras a acudir a eventos proselitistas.
Hipócrita, oportunista y sin memoria fueron algunos de los adjetivos que los propios trabajadores del 7 de Mayo expresaron en las transmisiones en vivo cuando escucharon a Pilar Meneses llamarlas a sumarse a la marcha del 8 de marzo. Ahí están los comentarios en las redes sociales.
La acusaron de vulnerar derechos de compañeras, de sembrar la división al interior del organismo sindical, de humillar a mujeres trabajadoras y amenazarlas, e incluso provocar la expulsión de varias trabajadoras. ¿Cuál sororidad?.
Imagine la pésima imagen que tiene Pilar Meneses al interior del Sindicato, que algunas trabajadoras advirtieron a Eréndira Jiménez del tipo de persona que estaba sumando a su lucha.
Le recomendaron no permitir que este tipo de personajes se “cuelguen” de su movimento, al tiempo de exponer que durante su paso por el Comité de Vigilancia del 7 de Mayo se convirtió en el brazo opresor de la dirigencia. Hay señalamientos por beneficiarse de la entrega de bases y por el presunto desvío de recursos.
La preocupación de las organizadoras de la marcha de que la autoridad se infiltre en su movilización es legítima después de los acontecimientos del año pasado.
Sin embargo, el dar cabida en su movimiento a perfiles como Pilar Meneses, con una reputación más que cuestionable y con antecedentes de abusos en contra de mujeres es contradictorio.
Es un riesgo permitir que la lucha que han encabezados verdaderos grupos de defensa de los derechos de las mujeres se desvirtúe con la presencia de personajes que buscan su beneficio personal.
Así, el escenario previo a la marcha del 8 de marzo con personajes rechazados por las propias mujeres se comienza a enrarecer.
Esto no resulta conveniente ni para las organizadoras y representantes de mujeres ni para la autoridad.
Es fundamental la prudencia en las declaraciones durante los próximos días para garantizar una marcha pacífica que priorice el respeto al derecho a manifestarse e integridad de las mujeres que participarán, así como las garantías del resto de la sociedad.
Lo que refleja este anuncio es que la marcha del 8 de marzo parece ensombrecerse con la presencia de personajes que evidentemente buscan el reflector para su causa y no precisamente a favor de una lucha histórica de las féminas.
Habría que preguntarle a Pilar Meneses dónde estaba cuando surgió el “Me too”, cuando la desaparición de Daniela Muñoz o dónde ha estado cuando las mujeres trabajadoras han sido víctimas de hostigamiento sexual en sus centros laborales.
Tanto Charrez como la propia Eréndira conocen los intereses de Pilar Meneses, sus antecedentes, el trato que le dio a las mujeres cuando encabezó el Comité de Vigilancia y las acusaciones que existen en su contra. La pregunta es ¿por qué pretenden hacer pasar por víctima a quien es señalada de victimaria?
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