Este día Blanca Águila Lima volverá a las calles a hacer lo que mejor sabe, utilizar al personal del sector salud para lucrar con el dolor de los enfermos, pero también con la necesidad y el miedo de los agremiados al sindicato número 27 de la Sesa para hacer ruido y lograr acuerdos políticos.
Primero debo decir, para que no se ofendan los sindicalizados, que en lo personal entiendo su lucha, es más la respaldo. No cuentan con medicamentos, insumos, material, ni condiciones para desarrollar sus actividades, y ahí están al pie del cañón, siempre ustedes, los trabajadores.
Pero estos “faltantes” no son de apenas, siempre han existido, y no con eso digo que deban acostumbrarse, pero si deben darse cuenta que Blanca Águila solo se percata de sus “precarias condiciones” cuando quiere sacar provecho para ella y/o para los suyos.
¿O acaso estos faltantes son de esta semana?, claro que no, pero su dirigente como por arte de magía recordó su papel como líder sindical y lo hizo porque seguramente algún capricho no se le cumplió.
Ella dificilmente aceptará que estaba pactando o negociando con el gobierno en turno, tal y como lo hace en cada sexenio. Lo que pasa con ella es que ya está acostumbrada y se sabe el caminito. Lo absurdo es que este gobierno -tan pelele- le haya comprado la actuación
¿No fue la propia Blanca Águila la que declaró a la prensa (la vispera de la marcha del día del trabajo) que todo estaba bien, incluso a través de sus operadores mandó decir a los “inconformes” de su sindicato que no era momento de salir, que había que estar enfocados “en otros temas”. Claro, hasta ese momento tenía un pacto y ese pacto implicaba tenerlos tranquilos, sí, a ustedes, los inconformes.
¿En qué no le habrán cumplido Sergio González o su abogado de la Segob?, solo ella lo sabrá, por eso es que regresa a hacer berrinche y se escuda en un sector noble como es el de la salud. ¿Quién no apoyaría cualquier exigencia que tenga que ver con la salud de los tlaxcaltecas?, ese ha sido el éxito de su vigencia.
Personalmente celebro que Blanca Águila se desnude tal como es ante este gobierno: egoista, egolatra, insana, ruin, mezquina y traidora, así es como la conocen al interior de su sindicato.
Los mismos que hoy obligará a marchar, son los mismos a los que sexenio tras sexenio agrede si no la apoyan, despide si considera que no cumplieron con sus exigencias, o premia si lograron sus “metas”, que no son otra cosa que votos promovidos. Esa es la verdadera Blanca.
Si el gobierno estatal se preocupara por resolver los problemas que han sido evidenciados en los hospitales, este tipo de movilizaciones no sucederían, porque una cosa es la grilla barata de la enfermera oriunda de Zacatelco y otra negar que hay poca atención en los “detalles” por parte de los asministradores.
Esas distintivas postales que hemos visto en las redes sociales en los ultimos días, donde destacan las majestuosas cascadas al interior de los nosocomios son muy bonitas, pero resultan antihigienicas en los hospitales. ¿En serio no hay unos pesos para serolver esas fallas?
Si el gobierno estatal es exhibido y avergonzado, es producto de por su propio desdén a las áreas que deberían ser por demás pulcras. Estamos hablando de un hospital, no de una central de abastos.
Aquí hay varios culpables, primero que nadie el titular del sector salud en Tlaxcala, el ex amigo de Blanca Aguila, me refiero al poblano Rigoberto Zamudio Meneses, que hasta hace unas semanas se pavoneaba con la cercanía y afecto que tenía con Blanca. Ahora no sabe cómo detenerla.
Otros culpables son los diputados locales, especificamente los miembros de la Junta de Coordinación y Concertación Política (JCyCP) que dudaron, les dio frio, iniciar el procedimiento en contra de Blanca Águila por cobrar como dirigente y como diputada local. Algo que está contemplado en las leyes locales no quisieron hacerlo y ahí están las consecuencias.
Iniciar cualquier acción en contra de la amiga intima de Beatriz Paredes sería ridiculo y tardío, ahora les toca desyunar, comer y cenar a la “líder social” que pelea desde su humilde trinchera para llevar a los tlaxcaltecas al Estado ideal, a ese primer mundo que Blanca Águila no logró -ni exigió- durante los gobiernos priistas, porque cuando lo hizo enmudeció apenas le aventaron una candidatura, una presidencia o una dirección administrativa. Esa es la verdadera lucha de Blanca”
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