Sigue nuestras redes sociales

Realizar una búsqueda

Martín Rodríguez Hernández Noticias TlaxcalaMartín Rodríguez Hernández Noticias Tlaxcala

Opinión

Violencia contra mujeres periodistas

“Es mejor ir juntas para repartirnos los chingadazos (sic)” Alma Delia Murillo pronunció esta frase al referirse a la violencia contra mujeres periodistas.

Ser mujer y ser periodista es, en muchos contextos, una doble condena. La violencia contra las mujeres periodistas no es un fenómeno aislado ni una mera consecuencia del ejercicio de la profesión en sociedades convulsas; es el reflejo más crudo de una estructura patriarcal que castiga por atreverse a hablar, a denunciar, a cuestionar, en sintesis, a desempeñarse como profesionistas del periodismo.

Las cifras son alarmantes. De acuerdo con organizaciones internacionales de derechos humanos y libertad de prensa, las mujeres periodistas enfrentan agresiones diferenciadas y exacerbadas por su género: campañas de desprestigio en redes sociales con una carga sexista brutal, amenazas de violencia sexual, persecución, acoso y, en los casos más extremos, feminicidio. No se trata sólo de silenciar su voz profesional, sino de una estrategia de intimidación que atenta contra su identidad y su cuerpo.

El caso de México es paradigmático. En un país donde el periodismo ha sido una profesión de alto riesgo, las mujeres que cubren temas de violencia, corrupción o derechos humanos han sufrido amenazas específicas que combinan misoginia y violencia política. Los ataques no sólo provienen del crimen organizado o de funcionarios, sino también, de una sociedad que las juzga con mayor dureza, que minimiza su trabajo y que las convierte en blanco fácil de linchamientos mediáticos, Además, se encuentran los ataques de “los otros”, esos “colegas” que también “hacen periodismo” y que desde los espacios mediáticos que tienen, juzgan, descalifican, ofenden y violentan a las mujeres periodistas. Esta situación es aún más preocupante, porque se convierten en reproductores de discursos de odio y de linchamiento que lesiona la dignidad de las mujeres periodistas.

No podemos, como gremio, tolerar que esto siga sucediendo. El claro ejemplo de lo que hoy me ocupa en esta columna, son la ofensas que se han vertido en contra de una colega, Diana Muñoz, a quien le manifiesto total solidaridad y respeto por su trabajo. La normalización de esta violencia se traduce en autocensura. Muchas mujeres periodistas optan por silenciarse para protegerse, y con ello se pierden valiosas investigaciones, denuncias e historias que podrían transformar la realidad.

El impacto es doble: ellas ven truncada su labor y la sociedad pierde voces imprescindibles para la democracia. Enfrentar la violencia misógina contra periodistas no solo requiere medidas de protección más efectivas por parte del Estado, sino también un cambio estructural en la forma en que se percibe y valora su trabajo. Es urgente que los medios de comunicación asuman su responsabilidad, que no perpetúen discursos machistas y que protejan a las mujeres que ejercen el periodismo con protocolos de seguridad
específicos.

Pero sobre todo, es necesario que como sociedad dejemos de normalizar el ataque a las mujeres que se atreven a hablar. Porque cuando se silencia a una periodista, perdemos todas y todos.

A pie de página

El daño que se reproduce con una fuerza descomunal a través de las redes sociales en contra de una mujer periodista, es irreparable. Entrar en un espacio de su vida privada, hurgar en su intimidad para ventilar asuntos que son de índole personal y, no de interés público, se convierte en una de las peores facetas de la violencia contra las mujeres periodistas. No podemos quedarnos inamovibles, recibiendo el golpeteo sin cerrar filas para parar la violencia y la reproducción de discursos de odio. Afortunadamente en Tlaxcala contamos con un par de entes que acompañan y cobijan a las mujeres periodistas.

El primero, es la Unión de Periodistas de Tlaxcala (UPET) encabezada por Martín Rodríguez y, la segunda, la Oficina de Atención de Periodistas y Defensores de Derechos Humanos, encabezada por Víctor Manual Ávila. Expreso mi confianza  sobre la ruta que ambas van a tomar, para salvaguardar el respeto al ejercicio periodístico de las mujeres periodistas en Tlaxcala.

También podría interesarte...

Opinión

“Si el fin justifica los medios, ¿qué justifica el fin?“. – León Trotsky Apuntes Comienzo con unos apuntes: Estudié la carrera de Sociología en la...

Opinión

“Sólo se puede resistir las tentaciones del poder cuando hay ideales y principios, porque el poder es una tentación que atonta a los inteligentes,...

Opinión

«Yo no deseo que las mujeres tengan poder sobre los hombres, sino sobre ellas mismas». -Mary Wollstonecraft- Filósofa y escritora inglesa Hay un trabajo...

La de 8

Por Leticia Alamilla Castillo “Aquellos que durante su vida han escogido la vía del mal, como los mafiosos, no están en comunión con Dios,...