Si las cosas no cambian de último minuto este día habrá manifestaciones encabezadas por la burocracia del estado, que por cierto habría tenido que obligar a sus líderes a “inconformarse” (aunque sea de dientes para afuera), cuando en su agenda oculta ya habrían pactado más allá de lo que sus atribuciones les permiten.
El ruido es mucho y la vox populi afirma que los beneficios que se han ido perdiendo desde hace algunos ayeres tendrá su culminación en las primeras horas del mes de abril, fecha en la que se pretende -según documentación oficial- entregar el módulo médico a la Iniciativa Privada (IP)
Pero esto no es nuevo, ni tampoco se pueden decir sorprendidos – al menos no todos-, la podredumbre y decadencia inició en el sexenio de Mariano González Zarur cuando, en complicidad con líderes como Edgar Tlapale, del sindicato 7 de mayo, implementó el “acuerdo 196” para aplicarse en detrimento de los trabajadores cobijados bajo la Ley de Pensiones Civiles.
¿Quién se le puso enfrente para evitar ese robo en despoblado?, exacto, la mujer que hoy han olvidado los agremiados al sindicato 7 de mayo, Guadalupe Rodríguez Guzman, que a través del decreto 184 hizo ver su suerte al gobernador hacendado, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) le dio la razón a la otrora líder.
¿Más antecedentes?, cuántos recuerdan que fue el propio Edgar Tlapale, hijo político de Guadalupe Rodríguez, el que acabó por traicionarla para pactar beneficios personales con González Zarur a cambio de aceptar el “acuerdo 196”, que es el que hasta la fecha les aplica a todos los agremiados al sindicato 7 de mayo.
Allí empezó el intercambio, el golpe bajo, las modificaciones a las reglas de operación de las que muchos hasta este día se van enterando.
Y no se trata de defender o atacar a algún gobernante, pero sí de hacer visible la falta de atención de los “líderes” y los trabajadores de su propias condiciones laborales.
Es cierto que no todos están involucrados, pero para eso existen miembros que, en teoría, tendrían que estar vigilando con lupa lo que sucede en beneficio o detrimento de sus agremiados, todos ellos integrados en el Consejo de Pensiones Civiles que se encuentra constituido por las cabezas de la sección 55 del SNTE, Mártires de 1910, Juárez Blancas, 7 de mayo y Justo Sierra, todos ellos sindicatos estatales.
¿De verdad nadie sabia lo que pasaba, acaso tampoco se percataron que durante los 4 años y meses, que Marco Antonio Mena cobró como gobernador, se revivieron las “Farmacias de Pensiones Civiles”, las mismas que nada tenían que ver con la institución del mismo nombre pero que nadie objetó.
Hoy, a toro pasado, pocos saben que ese concepto de “Farmacias de Pensiones Civiles” fue creado por el actual diputado local, Fabricio Mena Rodríguez, para hacer negocio al amparo del pueblo. ¿Quién sospecharía de ese nombre, si es el que la gente asociaba a un beneficio laboral?.
Pero Fabricio no se mandaba sólo pues su hermano, entonces gobernador, pactó con Edgar Tlapale “suspender” las jubilaciones para los sindicalizados, tampoco les dio mejoras en su contrato colectivo, ni otros beneficios más a los que tenían derecho. De eso nadie se acuerda.
¿Cómo lo hicieron?, pues a través de la división de los salarios a trabajadores de base, que para entonces recibían el salario 1 y el salario base 2, tomando en cuenta el número uno para jubilarlos haciendo que el monto más bajo fuera con el que recibieran su pensión. Una verdadera trampa.
Y así podemos ir analizando el Módulo Médico y Pensiones Civiles hacia atrás, alguien recuerda cuando el joven Eustolio Flores, en el sexenio de Alfonso Sánchez Anaya, tuvo una farmacias de Pensiones Civiles dignas, pero una vez acabado el sexenio también concluyó ese servicio.
Con la llegada de Héctor Israel Ortiz Ortiz nada cambió, incluso pagó el adeudo millonario heredado por el “güerito de rancho”, para después incorporar convenios de farmacias que alcanzaron a las Farmacias del ahorro, Cristo Rey, entre otras, las cosas se sobrellevaron y así concluyó el sexenio. Fue Zarur el que inició esta decadencia.
¿Cuál es el error de este gobierno?, evidentemente el no socializar la información, en la falta de mesas de trabajo o dialogo para sensibilizar a los trabajadores sobre los “beneficios”, si es que los hay, de aceptar el ingreso de la Iniciativa Privada buscando la mejora de los módulos médicos y la entrega de medicamentos.
¿Por qué no se hizo?, nadie lo sabe; ¿es necesario el ingreso de capital privado?, probablemente sí, pero nadie explica los beneficios; ¿Cuál será el desenlace? En unas horas lo sabremos y veremos la capacidad de sobreponerse a un escándalo que se pudo evitar con dialogo. Aún están a tiempo.
Mientras tanto valdría la pena analizar los antecedentes que les he dado a conocer para entender la decisión que parece no tiene retorno. Alguien tenía que poner orden en la “caja chica” que ha significado el Módulo Médico y Pensiones Civiles del estado. Nadie puede negar que hay vicios y esos excesos hoy están pasando la factura.
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