El sindicalismo de Tlaxcala está a la expectativa de lo que ocurra con la designación del nuevo rostro que estará al frente del Tribunal de Conciliación y Arbitraje de Tlaxcala (TCyA), al menos en sus representaciones. Todo parece indicar que el rostro será femenino y responderá a los intereses suyos y de quien la imponga.
Aunque actualmente nadie ha mostrado mayor interés en esta designación la verdad es que son varios los interesados en vigilar que no se coloque al amigo, la amiga, o a la persona que por el simple hecho de tener afectos entre la dinastía, pueda llegar a una de las áreas más sensibles, como es este organismo que en el pasado reciente generó inestabilidad a los trabajadores sindicalizados, particularmente al 7 de mayo.
La preocupación crece cuando existe interés en colocar a perfiles poco identificados con el segmento al que está orientada esta instancia. Lo peor, dicen los trabajadores, sería privilegiar el “afecto desinteresado” por encima de la preparación.
Su nerviosismo se explica pues en las últimas semanas alguien ha estado cabildeando para colocar un perfil femenino. El nombre de la consentida comienza con J, de Jovita, P, de Pérez y G de Galindo.
El nerviosismo crece cuando se sabe que el padrino mágico está bien colocado en el gobierno estatal y eso no solamente se traduciría en un conflicto de intereses, sino en un muy observado ejercicio de sus funciones. Algo que les vale, nos queda claro.
De acuerdo con publicaciones hechas en redes sociales los miembros de la burocracia tlaxcalteca no confían en la dama perfilada para esa posición, pues además de responder a un galante Manuel Vázquez Conchas, magistrado recién ungido, cuenta con experiencia en Pensiones Civiles, pero poco trato en el ramo en el que la quieren imponer. La sensibilidad no es lo suyo, sostienen los espantados sindicalistas.
¿Se imagina usted un nuevo episodio como el que vivió por años el Sindicato 7 de Mayo, secuestrado por Edgar Tlapale Ramírez?, ningún otro grupo quiere vivir esa zozobra e inestabilidad que generaba Miguel Tlapale, presidente del TCyA. En aquel momento el presidente del TCyA cedió ante los chantajes del espurio líder del 7M, otros dicen que estaban a valores entendidos.
Actualmente el portal del Tribunal que dice defender a los trabajadores de los tres niveles de gobierno, municipios y otros entes, no cuenta con nombre fotografía o mayores datos en su portal sobre sus titulares, sin embargo todos sabemos que existe una presidencia y dos representantes, posiciones que están en disputa.
Uno de estos representantes tiene la facultad y obligación de velar desde la parte patronal y otro de parte de los trabajadores. En ninguno de los dos casos los sindicalizados quisieran ver a Jovita Pérez. Sus razones y miedos tendrán y parece que están bien sustentados.
Aunque esta liga sostiene que la misión del TCyA es: Resolver conflictos individuales y colectivos de carácter laboral y de seguridad social que se susciten entre los Poderes Ejecutivo, Legislativo, Judicial, Municipios o Ayuntamientos y los Servidores Públicos que presten un servicio personal subordinado con la intención de contribuir el equilibrio social, la verdad y los antecedentes exigen a las actuales dirigencias que pongan mucha atención en la persona designada para estos trabajos.
Es cierto, una de las obligaciones de estos árbitros del TCyA es fortalecer la Conciliación y la Justicia Social, procurando la Justicia Laboral apegado a derecho en forma gratuita, pronta, completa e imparcial. Pero si en alguien hubo parcialidad fue justamente en este tribunal durante al menos 10 años a favor de Edgar Tlapale y sus allegados, el patrocinio corrió a cargo de los ex gobernadores Mariano González y Marco Antonio Mena.
No me crea usted lo que le digo, simplemente revise los antecedentes, las notas informativas de aquel momento y del instante previo a que una autoridad federal le otorgó la toma de nota a Karina Erazo Rodríguez; todo era conflicto y caos.
No fue en Tlaxcala donde “la comadre”, como dicen los Tlapalistas, favoreció a los Erazo Rodríguez, fue la máxima instancia después de un largo proceso como el sindicato acabó siendo rescatado. Que no los engañen, en Tlaxcala nadie favoreció a los Erazo por una simple razón: al gobierno le convenía que no hubiera representación.
Res-ca-ta-do no es que yo lo diga, es que así se comprobó en el informe de actividades de Karina Erazo Rodríguez, donde personas con nombre y apellido acusaron a Tlapale de haberles mentido y timado parte de su patrimonio. Les cobró por plazas, les cobró por ascenso en el escalafón y ahí lo dijeron a diversos medios, obvio fuera de cámara.
Así que el miedo de los burócratas está sustentado. No cualquiera puede ni debe ser designado en este Tribunal. Por respeto a las trayectorias y al futuro de los trabajadores se requiere profesionalizar, NO romantizar esa designación.
