Hasta hace una semana, Nancy Juárez Salas era una jueza del montón. Como buena parte de los integrantes del escalón más bajo del Poder Judicial de la Federación, Juárez se había distinguido más por los procedimientos administrativos en su contra, que por sus sentencias sabias o salomónicas.
Sin embargo, esta oscura “impartidora” de “justicia” saltó a la palestra nacional luego de que ordenara a la presidenta Claudia Sheinbaum que “bajara” del Diario Oficial de la Federación el contenido completo de la reforma al Poder Judicial. ¿Otra cosita, lic.?
Más rápido que ipso facto, el gobierno federal salió en tromba a ventilar los señalamientos que pesan contra la jueza Juárez. En la mañanera del martes, la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez expuso el rosario de faltas presuntamente cometidas por Nancy Juárez. No hay ni cómo defenderla, a la luz de tantos señalamientos.
Y es que en abril de 2021, el pleno de la judicatura ordenó la suspensión de Nancy Juárez, —quien es jueza del décimo noveno de distrito en el Estado de Veracruz, con residencia en Coatzacoalcos— tras las denuncias en su contra de 12 servidores públicos; sin embargo, como es habitual en las determinaciones del órgano de control interno de los “impartidores” de justicia, en marzo de 2023 la suspensión fue revocada y Nancy Juárez Salas volvió a su puesto, con un “Usted dispense, señora jueza”.
La secretaria de Gobernación señaló, textualmente, que “la señora Juárez Salas fue también sancionada por el resultado de tres pesquisas que atribuyó a la juzgadora federal con conductas negativas como desempeño deficiente, incumplimiento del horario de trabajo, nepotismo, acoso laboral y no respetar el derecho de los trabajadores adscritos a ese órgano jurisdiccional”. Toda una joyita.
También en 2022 Nancy Juárez habría sido sometida a un procedimiento disciplinario, por “conducta como hostigamiento laboral, derivado de malos tratos inadecuados hacia los servidores públicos denunciantes”. A la jueza también se la señala por haber realizado “actividades comerciales ajenas a la función jurisdiccional”.
En su intervención, Rosa Icela Rodríguez usó como referencia una columna del Reforma, en la que se mencionan todas las denuncias que hay contra la jueza.
La funcionaria federal terminó su intervención con una advertencia muy bien disfrazada: “Pese a todo, [Nancy Juárez] sigue denunciando a la presidenta y porque ella cumple con la ley”. La intención era desacreditar la medida cautelar, al evidenciar los abusos e irregularidades cometidas por esta juez, que hasta hace una semana era una perfecta desconocida, un peón más en el tablero político donde se dirime a la madre de todas las reformas, y que va a decir el rumbo del país en los siguientes años.
Por lo pronto, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación ya le dio luz verde al procedimiento para que se den los siguientes pasos que permitirán la elección de jueces, magistrados y ministros. Pese a las piedras en el camino, la reforma perece que va.
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