El cielo desmenuza su oscuridad y descubre la luz de este veinte de enero; la mañana me encuentra cumpliendo con los catorce kilómetros encomendados por un entrenador que no sé por qué, pero confía en mí: cree que algún día podré correr dignamente una maratón.
Suena Carolina Durante. Por Dios, no puedo salir de ese disco. Se nota por ‘Hamburguesas’ que el hombre cantante —quizá ficcionado— la ha pasado fatal. Habla de un agujero negro; aunque va más allá, es un agujero negro al que ha ido hasta su mismo centro, y quizá lo ha convertido en su lugar seguro; allí tiene escritos nombres y además lo ha contado y descrito con precisión a quien le canta.
Siempre puede ir a peor ese viaje, lo sabe. Pero hay una decisión en la canción que resulta fundamental: querer salir.
No tendría sentido la emancipación del agujero negro sin querer volver estar allí; esta vez no acudirá a salvarle ella y ha dejado de cantarle. Sabe que está vez, saldrá solo «porque fuera hay cosas preciosas, hamburguesas, el fútbol, mi madre».
Pero no saldrá solo. Me parece la única imprecisión de la canción; después, enumera un sinfín de cosas o personas por las que vale la pena salir. Me recuerda en gran medida a “Más de cien mentiras” de Sabina.
Sin ser esto un alud de canciones post depresivas, me encanta estar certero en que la vida está en lo pequeño, en detalles sin aparente importancia o en la cotidianidad; en una hamburguesa con doble pepinillos, en un paseo o en catorce kilómetros al amanecer, en las gaviotas o en mi Macarena con sus siempre nervios de Chihuahua, o en el gato Antonio o en el Real Madrid carajo; en tu madre o la mía (que es lo mejor que se le ocurrió a Dios), o en «los inviernos al sol, mil canciones, los cafés y las mañanas y las olas y el ruido que hacen cuando se rompen.»
La vida está dispuesta a convertirme en Sísifo, pero al menos en este veinte de enero, puedo cantar la misma canción y condenar a Sísifo a comerme lo que me tenga que comer. La vida pide mucho y yo solamente pido siempre tener escala para lo que realmente importa: «mis amigos suman más que mis demonios.»
