Máynez debería hacer el tancredo y no declinar, porque la representación democrática y la función de MC es eso: encarnar los ideales de los que no se definen con la podrida oposición ni con el oficialismo. Salió Alito (así, en diminutivo, chiquito) a hacer un sinsentido más y a hacer un Hail Mary para intentar acercar a su candidata que no calentó ni a sus cercanos, y presionar a Máynez para declinar a favor de la susodicha; aunque huelga decir, pareciera que es más probable que el “nuevo en esta plaza” le peleé el segundo lugar, a que la oposición pueda lograr una victoria.
Los especialistas tan entusiastas me recuerdan porqué me cuesta tanto leer prensa nacional. Bicheando en X leí un trozo de la opinión de José Antonio Crespo en el Universal: «¿Te gusta Movimiento Ciudadano? Ok. ¿Estás harto del PRIAN y Morena? Pues vota por el Naranja para diputado y senador, pero no desperdicies tu voto presidencial, pues emitirlo por Movimiento Ciudadano es tirarlo a la basura». Típicos catedráticos de cómo y por quién votar. Y así de desesperados están, creyendo que pueden aleccionar a todos los inferiores (según su propio desprecio) de edad, de estudios o de nivel socioeconómico para decirles qué es lo mejor para el país. Según ellos, claro.
Demeritan, cuestionan y confrontan el voto joven de la economía media y que en su mayoría apoya a MC, diciéndoles indecisos o frágiles por no apoyar a Xóchitl. Deberían esos mismos personajes preguntarse por qué ese sector no ha fijado la atención en su candidata. Afirmar que un voto se tira a la basura, cualquiera que sea, intelectual o no preparado, es desestimar a los propios valores de la democracia; es incluso discriminatorio. No es difícil teclear en Google con todas las letras, ‘Selma’ o ‘Ley de derecho de voto de 1965’ o ‘Hermila Galindo’ para remontarnos (no hace mucho tiempo) a ideas absurdas que creían que algunos votos de unas personas eran más “útiles” que otros. La democracia nos lleva a aceptar el resultado del conjunto de todos los votos; ya sean de doctores en derecho, de campesinos, de náufragos, de médicos, de ninis, universitarios o de pensionados. De todos.
Tengo la sensación (probablemente errónea) de ver la campaña de Máynez como la que conjunta mayores aciertos (en cuanto a eso, a campaña electoral) o también es cierto que puede resaltar entre las dos mediocres campañas de Claudia y Xóchitl. Pues de 0 a 100, el desempeño es rico en análisis: hace unos meses nadie le conocía y ahora el dirigente del PRI en sus últimos días de oficina le ha dado en sus manos la clave de la elección; no para ganarla en conjunto, claro, pero sí para perfilar lo que vendrá después de la era Pejeobradorista. Por cierto, Alito (así, en diminutivo, chiquito), cuando envío la presente para su publicación, manda su última carta suicida a Máynez: ‘si te faltan huevos para declinar, te los presto’. Por favor, más dramas y muertes políticas así.