Debe haber una genuina preocupación en las altas esferas del gobierno estatal para atreverse a intervenir, de manera clara y directa, en el proceso electoral en marcha, a solo unos días de la jornada del 2 de junio. Ha habido tres momentos en que lo ha hecho.
La primera fue el 22 de abril, cuando a través de su perfil de facebook, la gobernadora Lorena Cuéllar Cisneros compartió una reunión de trabajo que sostuvo con el senador José Antonio Álvarez Lima, la senadora Ana Lilia Rivera Rivera y el diputado federal Armando Contreras Castillo, apenas una semana antes del anuncio de la visita de Claudia Sheinbaum Pardo a Tlaxcala como candidata presidencial, la cual, por cierto, fue canceleda y reagendada.
La versión oficial fue en el sentido de que los congresistas federales le compartieron a la gobernadora “aspectos del trabajo comprometido que llevan a cabo desde el Congreso de la Unión a favor del pueblo de México, y también analizamos temas legislativos en beneficio del pueblo tlaxcalteca”.
En el contexto de esa reunión había un ambiente político bastante tenso debido a las palabras que la senadora Ana Lilia Rivera había realizado, apenas una semana antes, con relación al gobierno de Lorena Cuéllar en un acto proselitista realizado en Yauhquemehcan: “Que me escuche el que quiera, que se enoje el que se enoje, pero el pueblo consciente de Tlaxcala me dice todos los días, muy bien por nuestro presidente, pero aquí (Tlaxcala) todavía queremos sentir lo que se siente tener un gobierno que no falle, que no traicione, que no robe y que no engañe a su pueblo”.
¿De verdad hablaron del trabajo comprometido que los legisladores realizan desde el Congreso de la Unión? ¿Casi tres años sin tener una sola reunión de trabajo y en plena campaña en busca de la reelección se realiza el encuentro, a días de la anunciada llegada de Claudia Sheinbaum?
La segunda intervención fue la aprehensión del alcalde de Zacatelco Hildeberto Pérez Álvarez, señalado de irregularidades financieras en el ayuntamiento por más de 10.7 millones de pesos. ¿El único presidente municipal detenido cuando existen otros casos igual o peores en el millonario desvío de recursos?
A ese dato habría que agregarle el hecho de que el alcalde llegó a la presidencia municipal con el respaldo de las siglas del Partido Nueva Alianza (Panal) -el cual forma parte de la alianza con el partido en el gobierno-, pero indudablemente ha roto esa relación no sólo con el instituto político que lo postuló sino con la gobernadora Lorena Cuéllar, y se ha acercado al Partido del Trabajo (PT), que ahora mismo postula al hijo del edil como su candidato al ayuntamiento de Zacatelco.
En política nada es casualidad, y menos cuando el PT no forma parte de la candidatura común que tiene como objetivo ganar el mayor número de espacios en el Congreso del Estado. Es evidente que hay un rompimiento.
La tercera intervención está relacionada con la orden que emitió el Consejo Estatal de Seguridad Ciudadana de sustituir a 19 directores municipales de seguridad pública, por no contar con los exámenes de control y certificaciones necesarias para ejercer sus funciones. ¿En serio? ¿Faltando tres meses para que las administraciones municipales concluyan su periodo? ¿A poco más de una semana de la jornada electoral?
El pasado fin de semana salió al paso el dirigente nacional del blanquiazul, Marko Cortés, para denunciar “el uso faccioso del Estado en contra de autoridades de oposición, como es la exigencia de destitución de directores de policías municipales, bajo el argumento de carecer de controles de confianza”. Y no solo eso, sino que acusó que las autoridades del gobierno estatal “han emprendido una campaña de coacción y cooptación de liderazgos de oposición, con promesas, entrega de recursos y dádivas, para sumarse a Morena y aliados”.
Cuidado, el ambiente político en Tlaxcala se ha enrarecido y mucho tiene que ver el gobierno estatal en ello. Ha faltado prudencia y sentido de oportunidad, a menos, claro, que todo esté calculado para, a través de estas acciones, sacar ventaja política.
Y el gobierno estatal no lo haría de esa manera si percibiera que las cosas están saliendo bien para su causa en las campañas. Pero, por lo visto, no es así.