La forma es fondo, decía el ideólogo priista Jesús Reyes Heroles. Y eso es, precisamente, lo que vimos ayer en el Congreso del Estado con la aprobación que hicieron las y los legisladores para que la Universidad Autónoma de Tlaxcala tuviera su inscripción en letras doradas en el Muro de Honor de la Sala de Sesiones del Poder Legislativo.
Lo que ayer se concretó fue un acuerdo político implícito, pero clarísimo ante los ojos de todos, que tiene destino final el próximo 2 de junio, día de la jornada electoral. ¿Cuál es ese acuerdo político? El voto.
Siendo el Partido Alianza Ciudadana (PAC) un instituto político con registro estatal, lo que se avecina es que siendo las del 2 de junio unas elecciones concurrentes, el Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) y sus aliados contarán con el voto de la militancia aliancista tratándose de los comicios federales. Amor con amor se paga.
Recordará usted, amable lector, que en la entrevista que sostuve con el ex gobernador Héctor Ortiz Ortiz, éste adelantó que la militancia de su partido, el PAC, contaría con libertad para elegir presidencia de la República, senadurías y diputaciones federales.
De ninguna manera las elecciones federales con las locales están peleadas y los partidos locales pueden beneficiarse con acuerdos políticos con la titular del Ejecutivo. El PAC pone el ejemplo para llegar a ese tipo de acuerdos.
¿Usted cree que la aprobación de colocar en letras doradas el nombre de la UAT se da sin ningún interés de por medio? La iniciativa presentada por la diputada Alejandra Ramírez Ortiz fue aprobada en apenas una semana y, precisamente, antes de la jornada electoral de junio.
Nadie discute la importancia de la UAT en la vida política, social y académica del estado. Es cierto, la máxima casa de estudios “se ha constituido en el principal impulsor del desarrollo y progreso para el estado, que desde su creación, sin duda es punto de partida del avance que nuestra sociedad refleja a nivel educativo, cultural y social, permitiendo a miles de estudiantes tlaxcaltecas y de la región, concluir sus estudios universitarios y de posgrado”.
Eso no implica, sin embargo, que detrás de una agilísima aprobación de la iniciativa exista un interés político-electoral. Más, tratándose de elecciones en puerta.
Que la militancia del PAC, o al menos una mayoría de ella reciba la sugerencia de votar por las candidaturas morenistas en las elecciones federales, no afecta en nada a este partido para conseguir los votos que requiere para continuar con su registro estatal.
Aquí nadie pierde, más bien al contrario, ganan. El PAC con la permanencia de su registro, y el gobierno con el respaldo a las candidaturas federales que le interesa respaldar para politicamente quedar bien con la candidata presidencial Claudia Sheinbaum.
Alcanzar el mayor número de sufragios en la elección que se avecina es un objetivo permanente, aunque, como ya analizamos en este mismo espacio, será imposible obtener los 550 mil, que es la meta y el compromiso.
Lo que vimos ayer en el Congreso del Estado es un claro compromiso político y electoral que no ve quien no quiere hacerlo. Solamente que tiene un defecto: está implícitamente firmado por la élite de las fuerzas que representan. Falta ver si las indicaciones bajan y se traducen en votos como seguramente es la intención.
Por eso la aprobación llegó a buen tiempo, a menos de tres semanas de los comicios. Es decir, todavía hay buen tiempo para bajar las indicaciones. Ya lo veremos,
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