•La agresión, en pleno de centro de la ciudad, se produce pocas horas después de que otro grupo armado matara a dos personas en una boda en un pueblo al sur de la capital de Tabasco, cada vez más golpeado por el crimen organizado
En la madrugada de este domingo, un grupo de hombres armados entró a la discoteca DBar en Villahermosa, capital de Tabasco, y abrió fuego. El saldo es de momento de seis muertos y 10 heridos. Las autoridades se han apresurado a adelantar que el suceso, en pleno centro de la ciudad, no está relacionado con el crimen organizado. “Pudiera tener otros tintes de problemas que se suscitaron al interior”, indicó la vicefiscal del Estado, Miranda Díaz, que también precisó que el ataque iba dirigido a “una persona determinada”.
La misma madrugada se produjo otro ataque muy cerca, en Jalapa, un pueblo a 45 minutos en coche al sur de la capital. Otro grupo de hombres armados irrumpió en una boda para, aparentemente, llevarse a varios de los asistentes. En medio de un forcejeo, abrieron fuego y dejaron al menos dos muertos y un herido. La vicefiscal aseguró que no hay relación entre ambos sucesos. “En cuanto al evento ocurrido en Jalapa no tiene ninguna conexión con las investigaciones preliminares de este evento ocurrido en la discoteca DBar. En el caso de Jalapa tenemos reportado, hasta el momento, una persona fallecida que se dedicada al tráfico de personas”.
El secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, también ha salido al paso con una publicación en sus redes sociales donde anuncia el trabajo coordinado de las autoridades de seguridad federales con las instituciones estatales. El Estado de Tabasco, al sureste del pais, no aparece entre los puntos rojos que ha marcado el nuevo Gobierno para su plan de seguridad -Guerrero, Sinaloa, Chiapas y Guanajuato- pero hace meses que se suman las señales de alerta.
En enero, el entonces presidente, Andrés Manuel López Obrador, pidió en una de sus Mañaneras a la población de Villahermosa mantener la calma ante una ola de asaltos que sembró el pánico en la ciudad. Al menos 24 establecimientos comerciales en la capital de Tabasco, Estado natal del presidente, fueron víctimas de una serie de hechos violentos a lo largo de la tarde del 4 de enero. El mandatario tendió la mano al gobernador de la entidad, Carlos Merino, y ha ordenó el despliegue de la Guardia Nacional, ante lo que calificó como un “reacomodo” de las bandas criminales. Además, aseguró que las agresiones tuvieron una difusión excesiva por “motivos propagandísticos”.
Los ataques en bares y discotecas se han repetido en el últimos mes. El 10 de noviembre, una masacre sacudió Querétaro, otro estado supuestamente tranquilo. Un comando armado irrumpió en el bar Los Cantaritos, en pleno centro histórico de la capital del Estado mexicano, y abrió fuego contra los comensales durante la noche del sábado. El saldo del ataque fue de 10 personas asesinadas, siete hombres y tres mujeres, y por lo menos otras 13 lesionadas, entre ellas dos graves. Tan solo unas horas después de la masacre en el bar Los Cantaritos de Querétaro, un nuevo ataque armado tuvo lugar en otro bar en el municipio de Cuautitlán Izcalli, en el Estado de México. Seis muertos y siete heridos fue el resultado del ataque en contra del bar Bling Bling.
Con información de El País