En una jornada histórica, Claudia Sheinbaum Pardo rindió protesta como la primera presidenta de los Estados Unidos Mexicanos, un evento que marca un cambio significativo en la historia del país.
La ceremonia se llevó a cabo en el recinto del Congreso de la Unión, donde se congregaron representantes de diversas naciones y organismos internacionales, destacando la presencia de la Doctora Jill Biden, esposa del presidente de Estados Unidos, así como de dignatarios de Alemania, Canadá, China y Zimbabwe.
La presidenta, quien asume el cargo tras un proceso electoral en el que el pueblo mexicano se pronunció por un cambio en el liderazgo, inició su discurso recordando la lucha por la democracia y la justicia en México.
“Hoy, por primera vez en 503 años, las mujeres llegamos a conducir los destinos de nuestra hermosa Nación. Y digo llegamos, porque no llego sola, llegamos todas”, expresó con determinación. Su declaración resonó en un recinto donde se han tomado decisiones trascendentales para el futuro del país, y marcó un momento de gran significado en la lucha histórica por la igualdad de género.
También realizó un emotivo homenaje a su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, describiéndolo como “el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna”. Subrayó que su legado es fundamental para la Cuarta Transformación, un proceso que busca una reestructuración profunda de la vida política y social en el país.
” Hoy lo decimos con certeza y sin temor a equivocarnos, la historia y el pueblo lo ha juzgado. Andrés Manuel López Obrador: uno de los grandes, el dirigente político y luchador social más importante de la historia moderna, el presidente más querido, solo comparable con Lázaro Cárdenas el que inició y termina su mandato con más amor de su pueblo y para millones, aunque a él no le gusta que se lo digan, el mejor presidente de México”, dijo en su primer discurso como titular del Ejecutivo.
Durante su intervención, la nueva presidenta destacó que su gobierno se compromete a garantizar todos los derechos y libertades fundamentales, asegurando que: “nunca usaremos la fuerza del Estado para reprimir al pueblo”.
Prometió un enfoque centrado en la justicia social y el bienestar, reiterando que todos los programas de apoyo social continuarán y que su administración se enfocará en erradicar la pobreza y mejorar las condiciones de vida de los mexicanos.
“Las mexicanas y mexicanos tenemos creatividad, y capacidad de sobra. Estoy convencida que no podemos quedarnos atrás en el desarrollo tecnológico propio”, afirmó, resaltando su compromiso con la ciencia, la innovación y el impulso de una economía sostenible.
Se comprometió a construir un futuro donde la educación y la salud sean derechos garantizados para todos.
La presidenta también se refirió a los desafíos que enfrenta México en el ámbito de la seguridad, afirmando que su estrategia se fundamentará en la atención a las causas de la violencia y la injusticia.
“Nuestra convicción es que la seguridad y la paz son fruto de la justicia”, subrayó, resaltando que su gobierno no repetirá los errores de la guerra contra el narcotráfico que tanto daño ha causado al país.
Asimismo, recordó a las mujeres que han luchado a lo largo de la historia, desde las heroínas que forjaron la independencia hasta las luchadoras anónimas que han trabajado en silencio por un mundo más justo.
“Hoy quiero reconocer no solo a las heroínas de la patria, sino también a todas las heroínas anónimas, las invisibles”, dijo, evocando una profunda conexión con aquellas que han sido olvidadas por la historia oficial.
“Soy madre, abuela, científica y mujer de fe. Y a partir de hoy, por voluntad del pueblo de México, la presidenta constitucional de los Estados Unidos Mexicanos. Gobernaré para todos y para todas y tengan la certeza de que pondré mi conocimiento, mi fuerza, mi historia y mi vida misma al servicio del pueblo y de la patria. Tengo la certeza de que consolidaremos juntas y juntos un México cada día más próspero, libre, democrático, soberano y justo. No les voy a defraudar”, destacó.
El evento concluyó con un llamado a la unidad y la acción colectiva, invitando a todos los mexicanos a unirse en la construcción de un futuro más justo y equitativo. “Les convoco a seguir haciendo historia”, finalizó.
Con esta toma de protesta, México se embarca en un camino inédito de liderazgo femenino, en el que la nueva presidenta se compromete a trabajar incansablemente por la dignidad y los derechos de todos los ciudadanos. Este es un momento de esperanza y transformación, donde se reafirma la convicción de que un México más justo y próspero es posible.
