Cuando hay amor se nota y cuando hay dinero también, pero para la entidad que celebra sus 500 años ninguno de estos “detalles” le fueron entregados, ni por el hecho de ser su “cumpleaños”. Simplemente no hubo regalo y así lo dejo entrever la diputada Mariana Jiménez, quien ahora viste de naranja y tararea el cántico de Yuawi López.
Fue en el corazón del pleno de la Cámara de Diputados, donde la nacida en Tlaxco resonó con la fuerza de cinco siglos de historia: “Tlaxcala no solo pide, Tlaxcala exige”, dijo ante una mayoría guinda.
La diputada federal por Tlaxcala, heredera de una familia política, en un discurso que fusiona orgullo histórico con indignación presupuestal, denunció el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2026 como un agravio a la entidad que dio origen al diálogo fundacional de México.
En este año conmemorativo de los 500 años de la fundación de la ciudad de Tlaxcala, el reclamo adquiere un matiz simbólico: mientras el estado celebra su legado de alianzas y contribuciones a la nación, recibe en papel un incremento nominal, pero en realidad, una merma que deja comunidades en la intemperie.
La intervención, pronunciada ante la presidenta del Congreso pintó un retrato vívido de la Tlaxcala fundacional. “Este año, Tlaxcala cumplió quinientos años de su fundación como ciudad. Cinco siglos de historia, de lucha, de alianzas y de aportaciones profundas a lo que hoy conocemos como México.
Y prosiguió: “Desde nuestras tierras nació el diálogo que dio origen a nuestra nación, el trabajo que alimentó su desarrollo y la cultura que aún hoy enriquece su identidad”, enfatizó la legisladora. Pero el tono viró hacia la urgencia: “Por eso, en este año emblemático, Tlaxcala no solo pide, Tlaxcala exige. Exige justicia presupuestal y trato digno”.
El foco del reclamo recayó en los números del PEF 2026, aprobado recientemente por la Cámara de Diputados, pero no sin un debate acalorado que expuso las grietas federales. Para Tlaxcala, el presupuesto asigna 29 mil 279.3 millones de pesos, apenas 353 millones más que los 28 mil 926.2 millones de 2025.
“Esto significa que, al descontar la inflación, existe una pérdida de poder adquisitivo del 2.2 por ciento. En otras palabras, Tlaxcala recibe más en papel, pero menos en la realidad”, alertó la diputada.
El golpe más severo, según su intervención, impacta en los fondos vitales: “Y lo más doloroso está en los fondos que sostienen la vida de nuestra gente. Salud se desploma 54.7 por ciento, dejando comunidades sin medicamentos… y”.
El discurso se cortó en el pleno, así sin más, pero el mensaje reverberó en Tlaxcala, donde el aniversario patrio –inaugurado el 3 de octubre con un espectáculo de pirotecnia en la Plaza de la Constitución y clausurado el 15 de octubre con saldo blanco tras 120 actividades culturales– contrasta con esta realidad presupuestal.
En el estado, el PEF 2026 ha generado un torbellino de opiniones. Diputados federales tlaxcaltecas como Raymundo Vázquez Conchas (Morena) celebraron el presupuesto como un “gran apoyo por parte de la Federación”, destacando incrementos en participaciones; Irma Garay, también de Morena, enfatizó que “fortalecerá programas sociales en Tlaxcala”, alineándose con el énfasis federal en pensiones y subsidios, que absorben tres cuartas partes del gasto nacional. ¿alguien esperaba algo distinto de ellos, de los aliados?
Fabian Robles, una de las plumas más agudas del oriente de la entidad, cuestionó el costo de mantener 11 partidos políticos (más de 80 millones, con 15 millones solo para Morena), superando presupuestos de varios ayuntamientos. Mientras Huamantla destaca los 50 millones estatales para campesinos, un bálsamo local ante la sequía federal.
Expertos como los del CEFP advierten que, pese a un crecimiento global del 5.9% en el PEF (10.19 billones totales), los recortes en salud (parte de una tendencia nacional con caídas en seguridad y cultura del 16.1%) comprometen la “cohesión regional”.
En el marco de los 500 años –que incluyeron conferencias como “Chachihuapan y la Jurisdicción de la República de Indios” y un billete conmemorativo de la Lotería Nacional–, el reclamo presupuestal invita a una pausa reflexiva. Sin colores, sin tendencias pero con argumentos y datos duros.
La cuna de la identidad mexicana no busca limosnas, sino equidad. Como dijo la diputada. Este año emblemático no es solo para festejar, sino para exigir que el presupuesto federal honre el “diálogo que dio origen a nuestra nación”. ¿Responderá la Federación al llamado de esta tierra de alianzas, o quedará como un capítulo más de lucha en sus cinco siglos?
































































