• El responsable de las políticas educativas en la entidad no tuvo empacho en sostener que la titular del ejecutivo asignó esos espacios laborales, por lo que él tuvo que defender esos nombramientos “por convicción”.
El secretario de Educación Pública del Estado, Homero Meneses Hernández reconoció que, previo a su comparecencia en el Congreso Local, entregó una supervisión escolar de manera irregular por motivos políticos y para evitar que el conflicto se ventilará durante su presentación ante las y los diputados.
En un audio en posesión de este medio de comunicación, se escucha a Homero Meneses confesar ante un grupo de docentes inconformes con el nombramiento, que la decisión de otorgar el cargo de “supervisora honorífica” respondió a una estrategia para ganar tiempo, ya que su comparecencia ante el Legislativo estaba en puerta.
En el audio también se percibe el enojo de los maestros, quienes le reclaman al titular de la Secretaría de Educación Pública del Estado (SEPE) y de la Unidad de Servicios Educativos de Tlaxcala (USET) no respetar la lista de prelación existente donde hay casos de docentes llevan años evaluándose para acceder a una mejor oportunidad laboral y le exigen seriedad para atender el asunto que definen como un acto más de corrupción del funcionario.
Ante el grupo de inconformes, Homero Meneses reconoce que accedió a entregar el nombramiento debido al conflicto que venía arrastrando con las delegaciones de la dependencia que encabeza.
“Yo tenía que administrar el conflicto para no abrir tantos frentes ante mi comparecencia y el nombramiento honorifico nos permitió transitar a la siguiente semana”, afirma Meneses Hernández en el audio.
Ya confeso, el secretario de Educación Pública lee a los presentes el documento de “tres renglones” con el que se informó a una ex funcionaria que era asignada a la zona estatal número 5 como supervisora honorífica.
En este punto, Homero Meneses revela otra irregularidad, ya que asegura que el nombramiento es un documento con “poco rigor”, sin fundamento ni fecha lo que supone un engaño por parte de la autoridad hacia la maestra que recibió la supervisión.
Ante la situación, el grupo de maestros cuestionan al funcionario estatal el hecho de responder a los intereses de unos cuántos y le señalan la grave falta que comete al otorgar este nombramiento, ya que la base trabajadora considera una “burla” la simulación en la entrega de supervisiones escolares.
Ante la evidente inconformidad de los supervisores, Meneses Hernández solicita su sensibilidad para solventar este problema, por lo que les dice: “denme unas semanas” para atender el tema y resolver las demandas de los docentes, dejando en el aire la posibilidad de reconocer la seriedad del documento entregado a la supervisora honorifica.
